I WANNA LOVE YOU

Ni me vendo, ni me compran. No dibujo unicornios rosas que saltan arcoíris de caramelos. No me apago, eso dejémoslo claro. Aun detesto el rosa y me parece que no hay nada más divertido que morder a mi chico hasta que sangre y asumir divertidas consecuencias. Si, así he sido y así sigo siendo. Y no tengo que demostrar nada, no voy a avergonzarme de mis nuevas escamas tornasol. Que mi piel brille solo significa que es un buen momento para ser feliz y no podría ser tan imbécil para no disfrutarlo llevada por la testarudez de quien juega a ser triste… no lo estoy.

Puede que te decepcione que esto no sea de usual negro, he corrido las cortinas un poco para disfrutar del buen tiempo. Yo tampoco me acostumbro ni me siento del todo en casa, pero empezaba a sufrir claustrofobia, y un poco de miopía. Aun así, no subasto el negro, no vendo todos los juegos que sé jugar, todas las almas con las que me he hecho lindos collares, los guardo por si terminan los días soleados, no pretendo redimir mis pecados pero no se puede estar a la defensiva y disfrutar del paisaje al mismo tiempo así que esta vez no juego a ser victimario… no juego.

Y si quieres un consejo, nada de malo hay en que un día te levantes con ganas de mandar tus melancolías también al diablo. Es tanto lo que hay en juego, deja que la vida te sorprenda aunque sea para tener en que desperdiciar los minutos. Mi tiempo tiene taquicardia y no puedo gastarlo en maldecir una conspiración sorda. Me paro entonces al límite de la carretera, con Bod Marley en los oídos y la mano sujeta a mi espejismo favorito y bailo, brinco, con un tono más agudo y pausado mientras tu dios y sus demonios besan mi trasero sin importarme si el fondo es negro o gris y verde.

Se siente también pagarlas todas. .. oh boy, esto va a doler.