lunes, junio 16, 2008


Sentado en la cornisa, canta, recuerda, llora, piensa en voz baja. Hoy no saltará. La brisa fría le cuenta donde ha estado y lo invita, quizás quizás. Mi estomago duele y arde como shernóbil. Hoy es un buen día para madurar, siempre el chico de grandes cambio. Déjalo todo, muévete rápido, aunque viajes lento. Auxilio, suplica ahogada, perdida y sorda. Vuelve, te necesito, es eso y nada más. Fuck. Auxilio, nadie te escucha porque ni siquiera te atreves a decirlo en voz alta desde donde estás. No creo que la locura o el suicidio sea necesariamente el final apropiado o inherente a las personas como tú…

pero no imagino el final en una mecedora que arrulle el cuerpo senil y siempre anoréxico de quien en algún momento vio el fin de un mundo en sus manos…